El hormigón es el material artificial más utilizado actualmente y se estima un consumo anual de alrededor de 10 billones de m3. De hecho, se calcula que el 5% de las emisiones de CO2 están relacionadas con el hormigón.
Así nació ECO-Binder Project. Un proyecto europeo que busca reducir hasta en un 30% la huella de carbono del hormigón.
En las instalaciones de ECO-Binder se fabrican 50.000 metros cúbicos de hormigón al año. Actualmente trabajan en conjunto ingenieros, obreros, químicos y expertos ambientales con el único fin de desarrollar un hormigón eficiente. Es decir, un hormigón aislante, menos costoso y más respetuoso con el medio ambiente.
Su objetivo es lanzar al mercado un hormigón más ecológico y para ello requieren un cemento que genere menos impacto ambiental. La buena noticia: lo han logrado.
Según afirma el equipo de ingenieros de ECO-Binder han podido sustituir algunos minerales en la composición del cemento utilizado para fabricar este nuevo hormigón. Para eso, utilizan menos cal y trabajan con el clinker a temperaturas más bajas. Con sólo estos dos detalles ahorran energía y CO2 pero hay más.
Los paneles incluyen un material poroso que refleja menos las emisiones solares y tiene un 20% más de capacidad aislante y es resistente al fuego. Además, han dado un paso incluyendo conglomerantes de Belita, Yemelita y Ferrita.
A su vez, los costos de fabricación se reducen un 15% con respecto al tradicional cemento Portland.
El proyecto ECO-Binder está en fase de demostración y para eso se instalarán placas a distintas condiciones climáticas con diferentes niveles de complejidad a fin de analizar el ciclo de vida de este nuevo material.